1879. La tonelería en Dos-Hermanas

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La tonelería jugó un papel muy destacado en la economía de nuestra localidad desde finales del siglo XIX hasta bien entrada la siguiente centuria. ¿Quién en Dos-Hermanas no ha tenido a un familiar tonelero o relacionado con este oficio? Muchas familias han dependido de este duro trabajo, íntimamente relacionado con la industria de la aceituna. Pero, ¿cuándo hizo acto de presencia en nuestra ciudad?
La tonelería debió aparecer en Dos-Hermanas en los últimos años de la década de 1870, y en un principio estuvo estrechamente ligada a los primeros almacenes de aceitunas que abrieron en nuestra localidad. Hasta ese momento los almacenes compraban en otros lugares los bocoyes y cuarterolas que necesitaban para contener las aceitunas, pero para aliviar gastos se optó por construir en el propio almacén los barriles necesarios.

Y es así como surge la tonelería en Dos-Hermanas. Según parece, la familia Ybarra hizo venir hacia 1879 desde Jerez de la Frontera a Miguel Hernández Gómez para que enseñara a ciertos operarios de su almacén de aceitunas (llamado El Arsenal, junto a la estación de trenes) los entresijos del oficio, con el fin de no depender de talleres de tonelería foráneos (principalmente de aquella población gaditana).

Pronto, los demás almacenes ‘copiaron’ esta práctica y ya en 1881 el Ayuntamiento nazareno, a través de las Ordenanzas Municipales de aquel año, tuvo que regular ciertos aspectos del trabajo de tonelería que provocaban molestias a los vecinos de la villa. En dichas ordenanzas se prohibía “a los toneleros poner a secar las botas ni otros artefactos en las calles, embarazando de este modo el tránsito y causando molestias siempre perjudiciales”.

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125 aniversario del Colegio Sagrada Familia

FOTO DEL MES Como es bien sabido, este año se conmemora el 125 aniversario de la fundación del Colegio Sagrada Familia de nuestra ciudad, y por esta razón traemos a esta sección la presente fotografía que gentilmente ha cedido Concepción Rojas. Fue tomada en una de las aulas del colegio al inicio de la década de 1960. A la izquierda vemos a Sor Dolores Garrido Pazos, Hija Adoptiva de nuestra localidad y cuya feliz memoria ha quedado perpetuada en el nomenclátor nazareno con una calle en la barriada de ‘La Exportadora’. Y a la derecha se aprecia a Mercedes Rojas, ayudante de Sor Dolores. Entre las alumnas se encuentran Ana María Torralba, Carmen ‘la del Moreno’, Eloísa Sánchez, Rosario Ruiz, Paqui Jiménez, Ana María Terrero, Araceli Pardo, la pequeña Ibáñez, Fermina González, Teresa y Conchi Casaus.

Para 1888, el número de toneleros en Dos-Hermanas sobrepasaba la veintena y la mayor parte de ellos eran jóvenes (entre 15 y 30 años), pues el oficio precisaba de mucha fuerza. Cada almacén de aceitunas tenía su propio taller de tonelería. Tal era el caso, por ejemplo, del modesto almacén de José Miguel Montaño, activo en el último tercio del siglo XIX. Hubo que esperar a la segunda década del siguiente siglo para ver nacer los primeros talleres de tonelería independientes de los almacenes.

De este modo, en 1912 ya tenía actividad un taller, cuyo propietario fue José Esteban Alpériz, hermano del dueño de la fábrica de yute. Y en 1918 estaba abierto el taller de José Torres Rivas en la calle Industria (hoy Doctor Romero Caro). Durante la década de los locos años 20 se dio una primera época dorada de la tonelería en Dos-Hermanas.

Abrieron entonces los talleres que más tarde dieron renombre a nuestra localidad, como fueron los de Ramón Genovés Navarro, Eusebio González (ubicado primero en la calle Isaac Peral y luego en la actual avenida de Andalucía), Tomás Pérez Soto (en la calle Conde de Ybarra), Juan José Asencio de Dios o Urbano Fournon. Pero tampoco podemos olvidar los de Pascual Martínez Pérez, Rafael Monge Cotán y Manuel Ramos Díaz.

De todos ellos se podrían contar numerosas anécdotas y aspectos que dejamos para otra ocasión. Valgan, pues, estas breves líneas como ‘preámbulo’.

Toneleros nazarenos, ¡uníos!
Las malas condiciones de trabajo de los toneleros y sus bajos salarios dieron como resultado la aparición de sindicatos que lucharon decididamente por conseguir mejoras laborales. El primero en aparecer (al menos que se tenga constancia) fue la Sociedad ‘El Roble’, el 23 de marzo de 1911. Dos años más tarde se celebraría una de las primeras huelgas de toneleros que se conocen. Comenzó en agosto, cuando una comisión de los toneleros huelguistas de Dos-Hermanas visitó al Gobernador Civil para pedirle que interviniese en el conflicto que tenían con los patronos, con el fin de alcanzar una solución satisfactoria al asunto, y para entregarle la contestación que daban a las bases presentadas por los patronos, contestación formulada en términos de gran tirantez. La huelga finalizó en noviembre de 1913 con la intervención de la Guardia Civil. Sin embargo, aquella primera sociedad fue disuelta por el alcalde de Dos-Hermanas en septiembre de 1920, después de que el año anterior tuvieran lugar seis huelgas en el pueblo. La disolución de este sindicato no achantó ni mucho menos al gremio de toneleros, pues en septiembre de 1921 creó la Sociedad ‘Renovación’ (oportuna denominación), vigente hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936. Y el 21 de marzo de 1928 se constituyó otro sindicato de este gremio, la Sociedad de toneleros ‘El Bajete’, siendo su primer presidente José Muñoz y secretario, José Arahal. El nombre de esta asociación obrera es muy curioso, siendo el bajete el soporte formado por dos barras de hierro clavadas en el suelo, en forma de ‘v’, en la cual se apoyan las vasijas o barriles. Por otra parte, la sociedad tenía su sede social en el n.º 1 de la actual calle Manuel de Falla y, al igual que la anterior, quedó clausurada al poco de iniciarse la Guerra Civil.

La tonelería en Dos-Hermanas

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