A veces hay malos momentos en este camino de la vida, pero gracias a Dios aparecen inesperadamente luces que hacen más fácil lo difícil. Ayudan, dan calor, amor y energía cuando más lo necesitas.
Uno de esos malos momentos fue este pasado noviembre, ya que trasladaron al Hospital del Tomillar a nuestro padre, José Cardona Rubio, porque estaba muy débil. No podemos agradecer con palabras el comportamiento, apoyo y ayuda que recibimos por parte de todo el equipo sanitario, sobre todo, al departamento de la UCA de la planta baja y en especial al Dr. José Luis López-Fe Moreno.
Un hospital es un sitio frío y triste si tienes dentro a alguien a quien quieres y de cuya salud se espera lo peor, pero, como esas luces del camino de las que hablábamos al principio, estas personas de gran corazón consiguieron hacernos más fácil todos los días en los que estuvo ingresado. Nos facilitaron todo lo que necesitábamos, nos apoyaron y estuvieron pendientes en todo momento de que nos preocupáramos solo de lo más importante: estar junto a él. Por todo ello y por conseguir que esté con nosotros más tiempo, estos hijos le dan las GRACIAS en mayúsculas de todo corazón.
