Y no saber dónde camino,
no saber quién soy, qué quiero,
quizás, solo no pensar en nada.
Desear que el tiempo no duela
soñando que la realidad es alterable. Sentir que debo amar infinitamente a los que ya amo, a los que amaré. En las horas muertas, me arrepiento de las cosas que no hice por cobardía y, me duele profundamente. El reequilibrio de las cosas inevitables es fundamental para seguir adelante como persona digna, útil para ti mismo, para los demás….
Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.
Mario Benedetti