El manto blanco de tisú de plata de la Virgen de Valme se está sometiendo a una intervención de restauración en el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
EL estado de conservación del manto presentaba algunas deficiencias tales como bolsas en el tejido principal provocadas por las tensiones de los tejidos de la entretela y el forro. El tratamiento se encuentra actualmente en la segunda fase, ya que se comenzó con el estudio organoléptico para continuar con el microaspirado.
Para poder hacer un tratamiento individualizado, se han separado los diferentes tejidos que conforman la totalidad de la pieza (forro, entretela y tejido principal). Una vez desmontado y tras realizar las pruebas oportunas de estabilidad y resistencia de las fibras, se ha sometido el tejido principal a una limpieza acuosa, utilizando para ello un detergente neutro. Una vez lavado, se ha realizado el alineado del tejido.
En las próximas semanas, se afrontará la tercera fase del proceso consistente en la consolidación de los desgarros presentes en el tejido. Se trata de un tejido de tisú denominado técnicamente satén o raso de 5, en el que se van entrelazando fibras textiles y metálicas plateadas, con decoración posterior al tisaje de la tela mediante la técnica de gofrado.
El manto es de autor anónimo y de estilo modernista. Su confección se sitúa en la segunda década del siglo XX (1920-1930). Es uno de los mantos utilizados por la Virgen hasta finales de la década de 1950 y, tras caer en desuso, fue recuperado en 1993. Hay tres inscripciones en el interior que hacen referencia a la historia material de esta pieza. Sus dimensiones son de 262 cm de largo por 106 cm de ancho, con una blonda de hilo de plata que decora perimetralmente el manto.
