1899-1931. Gran Poder a principios del siglo XX

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1899-1931. Gran Poder a principios del siglo XXEn el ocaso del siglo XIX, concretamente el 10 de febrero de 1899, y al amparo de las corrientes neocatólicas que en Dos-Hermanas permitieron, por ejemplo, la reorganización de sus aletargadas cofradías, un grupo de nazarenos decide fundar una hermandad a imagen y semejanza de la del Gran Poder de Sevilla. Integraban ese grupo de hermanos fundadores numerosos personajes destacados de la sociedad nazarena, entre los que podemos mencionar a Arístides Reigada Fernández, Fernando Casanova, Juan Antonio Carazo Gómez, Francisco Ávila Ramos y sus hijos Manuel y Francisco Ávila Hoyos-Limón.

Sus reglas, que constaban de diez capítulos, fueron redactadas en marzo de 1900 y aprobadas por parte de la Autoridad Eclesiástica en abril de ese mismo año. Su primer hermano mayor fue José Plaza Rodríguez, quien ocuparía el cargo desde 1899 hasta 1905. Lo más destacado de su mandato fue la aprobación de las reglas y la adquisición de las imágenes titulares de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder en 1901 y de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso en 1902, obras ambas del escultor sevillano Manuel Gutiérrez-Reyes Cano. Pero también tuvo que dirigir a la hermandad en unos años complicados como fueron los primeros del siglo XX, marcados por la grave crisis económica por la que atravesó Dos-Hermanas, en particular, y que llegaría a su momento más crítico en 1905 y 1908.

1899-1931. Gran Poder a principios del siglo XX

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En esa época, los escasos ingresos que percibía la hermandad del Gran Poder se reducían a las cuotas de hermanos y las limosnas que entregaban los devotos. Había que conseguir nuevas vías de financiación, por lo que en mayo de 1905 se propuso celebrar una velada teatral y una becerrada con carrera de cintas para recaudar fondos. En esa gala teatral se rifarían varios objetos. Y en septiembre de 1906 se decidió, esta vez, realizar la rifa de un décimo de la Lotería Nacional del primer sorteo del mes de diciembre. El precio de cada papeleta fue de diez céntimos. Pero, además, la hermandad (como las demás de la villa) contó desde 1902 con una subvención de 25 ó 50 pesetas que concedía el ayuntamiento de nuestra ciudad para ayudar a sufragar los gastos de los cultos y procesiones de las cofradías. Gran Poder recibió dichas subvenciones en los siguientes períodos: 1902-1906, 1909-1911, 1913-1914 y 1924-1929 y en los años 1920 y 1922. Cabe resaltar que en 1926 la subvención fue de 200 pesetas, en 1925 de 74,10 pesetas, y que con la proclamación de la II República en 1931 estas ayudas quedaron eliminadas del presupuesto municipal.

Todos estos ingresos permitieron, con más o menos esplendor, realizar los cultos principales y la estación de penitencia por las principales calles del centro de la población en la madrugada del Viernes Santo. Tenemos constancia de que Gran Poder procesionó en estas etapas: 1901-1906; 1909-1914; 1916; 1919-1920, 1922 y en 1924-1927. Por supuesto, la hermandad enviaba un oficio al consistorio nazareno para invitarlo a la procesión. Se conservan los enviados en marzo de 1913 y abril de 1914. En ambas ocasiones, los capitulares nombraron a una comisión que se encargaría de asistir a ambas celebraciones en nombre del ayuntamiento.

Figura clave en la Historia de esta hermandad en los inicios del siglo XX fue la de Francisco Ávila Ramos, que sucedería a José Plaza como hermano mayor en 1905. Ávila Ramos se convirtió en el gran benefactor de la cofradía. Por una parte, en su oratorio de la hacienda de San Antonio quedaron instaladas las imágenes de los titulares, y, por otra, muchos enseres de la corporación fueron adquiridos o donados por el propio Ávila Ramos, entre los que destacamos una hermosa diadema para la Virgen, que aún hoy se conserva.

Un momento clave llegó en 1907 cuando se produce el establecimiento de los Titulares en la parroquia de Santa María Magdalena, abandonando, de este modo, el oratorio de la hacienda de San Antonio. El entonces hermano mayor interino, Arístides Reigada Fernández (que había sustituido a Ávila en ese mismo año), llegó a un acuerdo con la parroquia y los Titulares quedaron en el lado de la Epístola de la capilla de Ánimas, donde actualmente se encuentra la imagen de Jesús Orando en el Huerto.

A partir de ese momento, la hermandad tuvo numerosas etapas complicadas en las que a punto estuvo, incluso, de desaparecer, sucediéndose en el cargo de hermano mayor Manuel Plaza Arahal (1916-1928) y el mítico Diego Santana Bautista (1928-1961), que le tocó vivir los aciagos años de la República y la quema de la parroquia en julio de 1936, siendo precisamente él el que rescató las imágenes de la hermandad del citado incendio.

Un histórico altar de cultos
Esta espectacular fotografía muestra uno de los primeros altares de cultos realizados por la hermandad del Gran Poder con motivo de los cultos a su Titular. Podríamos fechar la instantánea en torno a 1907. La imagen de Jesús del Gran Poder aparece colocada en el retablo mayor neoclásico de la iglesia de Santa María Magdalena (desaparecido en el incendio de 1936), que sirve en esta ocasión como altar de cultos. A los pies de la talla se encuentra el sencillo Sagrario del retablo, obra de principios del siglo XIX, resaltando la abundante candelería. Delante del retablo vemos a dos miembros de la hermandad portando una vara. Curiosamente, estas últimas llevan un crespón negro en señal de luto (¿acaso por la muerte de Francisco Ávila Ramos, gran benefactor de la hermandad?). Dos monaguillos sentados en el primer escalón de la grada que conducía al retablo mayor cierran esta interesante escena.

1899-1931. Gran Poder a principios del siglo XX

{xtypo_rounded4}La hacienda de San Antonio, guardián de las imágenes
Cuando las imágenes del Gran Poder y de María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso llegaron a Dos-Hermanas, quedaron colocadas en el oratorio que existía en la hacienda de San Antonio, propiedad de don Francisco Ávila Ramos desde 1885. En ese momento, la hermandad del Gran Poder no poseía ningún altar en la parroquia nazarena por lo que este rico hacendado cedió de manera desinteresada su oratorio privado. Allí quedaron las dos imágenes hasta que, en 1907, tras la muerte de Ávila Ramos, pasaron a la parroquia. Durante esos años de permanencia en la hacienda de San Antonio, la imagen de Jesús del Gran Poder fue conocida en el pueblo como el ‘Señor del Perronegro’, por el peculiar sobrenombre de Ávila Ramos: Perro Negro.{/xtypo_rounded4}

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