La segmentación de clientes es el proceso que nos permite restringir nuestro ámbito de actuación empresarial a un perfil muy concreto de potenciales consumidores de nuestro producto o servicio. Por tanto, un buen proceso de segmentación nos permitirá enfocar mejor nuestros esfuerzos y nos ayudará a marcar la diferencia, al menos para ese grupo de personas.
Al especializarnos en un grupo concreto, el conocimiento que tendremos sobre sus características es mayor. Además, podré diseñar un producto o servicio especialmente para ellos/as y conocer en detalle cuáles son los canales o medios que usaré para hacerles llegar publicidad, para ubicar mi negocio, etc.
La segmentación tradicional es la llamada ‘demográfica’, basada en criterios demográficos como edad, sexo, raza, religión, tipo de familia, nivel de ingresos, estatus social o nacionalidad, entre otros. También incluiremos en este apartado las variables geográficas relacionadas con el entorno geográfico del individuo, ya se trate de barrio, ciudad, región, país, tipo de clima, etc.
Sin embargo existe otro tipo de segmentación ‘psicográfica’ que nos aportará muchas ventajas: comprender su estilo de vida, forma de ser o preferencias personales, necesidades, miedos, frustraciones, objetivos, motivaciones, prioridades, etc. así como otras variables conductuales relacionadas con las actitudes, valores, comportamientos y hábitos.
Solemos pensar que nuestra ventaja competitiva consiste en ofrecer una mayor gama de productos o servicios, reducir nuestros precios o mejorar la estética de nuestro negocio. Quizás sea así, pero debemos asegurarnos de que es precisamente eso lo que nuestros clientes demandan. En definitiva, nuestra ventaja competitiva real nos es otra que contar con un mayor conocimiento de estas personas, ya que desde ahí trabajaremos.
Conocer bien a nuestro segmento de clientes objetivo es nuestra mejor ventaja competitiva sobre la competencia actual o futura. Esta ventaja consiste en saber mejor que nadie cómo son (características tanto demográficas como psicográficas), qué hacen para conseguir sus propósitos, en qué contextos (dónde, cuándo, con qué frecuencia), cuáles son sus motivaciones (y cuáles son las más importantes), y cuáles los resultados positivos o negativos (insatisfacciones) que este proceso genera.
PROYECTO DE LA SEMANA
GIZCAN: adiestramiento canino y terapia asistida con animales. José Manuel Cobo y Georgina López han conseguido compaginar su formación en psicología y adiestramiento canino y su posterior actividad profesional con su pasión por los animales, de modo que llevan ya algún tiempo ayudando a muchas personas a educar y disfrutar de sus mascotas.
Ya prestan servicios de residencia y guardería canina, educación y adiestramiento, servicio de paseos o asesoramiento deportivo y nutricional, tanto a propietarios particulares como a asociaciones para la protección de animales con las que trabajan.
Además, ahora están poniendo en marcha un nuevo servicio de terapia asistida con animales, y lo cierto es que el uso de perros con fines terapéuticos es cada vez más común, ya que la estimulación a través de la interacción humano-animal favorece el tratamiento de personas con algún tipo de limitación física, cognitiva o conductual: estimulación sensorial o mejora de la movilidad, mayor socialización y autonomía, para reducir la ansiedad, sensación de soledad o depresión, para mejorar la concentración y la motivación, etc.
Más información en: bit.ly/Gizcan
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