Nuestra mayor riqueza

0
- Publicidad -

(Mateo 3,13-17) UNA DE LAS mayores potencialidades que tiene la cultura de nuestros pueblos es su raíz cristiana. Ya está acabando el tiempo de la Navidad y en este tiempo hemos tenido en el centro de nuestros hogares a una familia pobre, desplazada por decisiones administrativas del emperador de turno; a unos trabajadores pobres y marginados, los pastores, que con derroche de sensibilidad y generosidad atendían al Niño del Pesebre; y en pocas horas celebraremos cómo unos extranjeros, expertos en investigar las estrellas, van a ofrecerle, también al Niño, regalos y sus propias vidas.

Podemos vivir, y así lo hacemos muchas veces, contra la solidaridad y la justicia; podemos marginar a grupos sociales por prejuicios poco confesables; podemos, también, rechazar a personas de otras razas o países; pero nuestra tradición, la más sencilla del Belén, denunciará esas actitudes inhumanas que practicamos. En la narración amable que hacemos a nuestros niños del nacimiento de Jesucristo, laten muchos valores humanos que cimientan nuestra cultura y nuestra humanidad. 

El uno de enero murieron dos inmigrantes al intentar saltar la valla de Ceuta, otro perdió un ojo. Perdonen que les hable de la realidad que nos rodea, pero nuestra tradición cristiana de poner en el centro de nuestro hogar a una familia pobre, a unos marginados generosos, a unos extranjeros que portan un saber nuevo y profundo, solo podemos vivirla con autenticidad cuando ilumina nuestras sombras de egoísmo, violencia e inhumanidad. Ser cristiano, vivir nuestro bautismo, es también una afirmación de vida, es vivir en sintonía con el Dios que nos invita a cuidar la vida, la vida de todas las personas.

- Publicidad -
- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!