El prodigioso retorno de Takahata

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Película El cuento de la princesa KaguyaEL CUENTO DE LA PRINCESA KAGUYA

Llevábamos años sin ver en nuestras salas nada del mítico Isao Takahata, cofundador junto a Hayao Miyazaki de la productora Ghibli. Aunque después del fracaso de taquilla de Mis vecinos los Yamada había dirigido un par de cintas más, ninguna de ellas nos había llegado hasta esta maravillosa, fantástica, gloriosa El cuento de la Princesa Kaguya, motivado quizás por el relativo fracaso de taquilla de aquella. Y no se entiende el retraso (la película es de 2013), porque estamos ante una obra maestra incontestable que, además, estuvo nominada al Oscar a la mejor cinta de animación.

{xtypo_rounded3}Japón, 2013 (137′)
Título original: Kaguyahime no monogatari.
Dirección: Isao Takahata.
Producción: Yoshiaki Nishimura, Seiichirô Ujiie.
Guión: Isao Takahata, Riko Sakaguchi.
Música: Joe Hisaichi.
Intérpretes: Dibujos Animados.{/xtypo_rounded3}

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Una pareja de ancianos campesinos encuentra en el interior de un bambú a una niña diminuta a la que decide criar como si fuese su hija. La pequeña criatura crece rápidamente y, convertida en una hermosa mujer, es pretendida por muchos hombres de poder, a los que ella rechaza sistemáticamente. 

Basada en El cortador de bambú, cuento tradicional japonés del siglo IX, Takahata (al que la inmensa mayoría recordará más que por sus películas por ser el creador de dos de las series más recordadas de la televisión, Heidi y Marco) presenta aquí una película que rompe esquemas a nivel técnico, alejándose de la estética visual a la que estamos acostumbrados en la animación actual (no solo de los Pixar y Disney, sino también de la propia Ghibli), con un estilo que simula bocetos, de trazos sucios y rápidos, y que evoluciona de la simpleza y casi naif representación de la infancia de Kaguya, hasta su mucho más elaborada adolescencia; y con una paleta de colores que igualmente va cambiando en virtud del estado de ánimo y de las emociones de la protagonista.

Técnicamente impecable (tiene secuencias, como la de la huida de Kaguya, que son de lo mejor que se ha visto en animación en años), la cinta de Takahata cambia el centro de atención de la novela del cortador de bambú a la propia Kaguya, convirtiendo la historia en una crítica al patriarcado, sin olvidar temas ya tratados en su anterior filmografía: la contraposición campo-ciudad, la vuelta a una vida más sencilla…

Película hermosa pero portentosa, es un prodigio que no hay que perderse, y que cuenta, además, con una banda sonora maravillosa (otra más) del habitual compositor de Miyazaki, Joe Hisaichi, que no hace más que sumar elementos que hacen de El cuento de la Princesa Kaguya la grandísima película que es.

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