Homenaje a todas las víctimas de Violencia de Género. Para que no haya ni una víctima más por este tipo de violencia. Ni por ninguna.
La golpeó hasta que se le cansaron los músculos de los brazos. Entonces cogió las llaves y salió de casa pegando un portazo. Ella se quedó en el suelo sobre un charco de orina.
Tenía el cuerpo lleno de sudor. Tardó unos segundos en empezar a moverse. Lo hizo despacio. Ayudándose de todo lo que tenía alrededor, trató de ponerse en pie. Se acercó lentamente al baño. Se quitó la ropa ensangrentada y hecha jirones y la dejó caer al suelo. Abrió el grito de agua caliente de la bañera y puso el tapón. Mientras se llenaba, se miró en el espejo. Había perdido peso, tenía menos pelo y sus ojos estaban hundidos.
Entonces sonó el teléfono. Abrió la puerta del baño y salió desnuda al pasillo. El teléfono siguió sonando. Cuando lo alcanzó, había sonado diez veces. Lo descolgó y se lo llevó a la oreja. -Hola, buenas tardes- le dijo la voz de un hombre. Ella no contestó. -¿Hay alguien ahí?-. -Sí-, dijo en voz muy baja. -Le llamo de seguros “Vida feliz”-, dijo el hombre. -¿Actualmente tiene algún seguro contratado con “Vida feliz” u otra compañía?-. -No-, contestó ella. -¿Por qué no?-preguntó él. -Porque mañana estaré muerta-, dijo. Y colgó el teléfono.
