Por una Dos Hermanas solidaria y de integración cultural

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Clases de español para inmigrantes de Dos Hermanas Solidaria

La asociación Dos Hermanas Solidaria sigue apostando por las clases de español para inmigrantes

En pleno centro, en la calle Calderón de la Barca,  la maestra Elisa Galante desarrolla sus labores de enseñanza, las cuales, asegura, son casi lúdicas. No es una escuela grande, ni lujosa…es más, puede que no llegue a considerarse escuela. No obstante, la labor que  Elisa lleva a cabo entre esas cuatro paredes es digna de resaltar.

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Dos Hermanas Solidaria es el nombre que se refleja en la entrada de la pequeña sede de esta asociación en la que se desempeñan las clases de español para inmigrantes, un lugar al que muchos han llegado a considerar un hogar. “Hay alumnos que en los días previos a las vacaciones me vienen tristes a clase porque no quieren que éstas dejen de impartirse en periodo festivo”, confiesa la profesora.

La mayoría de su alumnado es árabe, aunque también cuenta con algunas alumnas búlgaras, ya que una gran parte de los asistentes a estas clases de castellano son mujeres. “Partimos de un nivel mínimo y el proceso de avance es lento. No obstante, son muy inteligentes”, aclara Elisa. Aparte de aprender idiomas, los alumnos se ponen en contacto con la cultura española, gastronomía, monumentos o fiestas populares del pueblo, que son algunos puntos que no entran en el temario teórico, pero que se llevan diariamente al terreno práctico.

{xtypo_rounded_left3} 90 por ciento
del alumnado de estas clases era analfabeto en sus países de origen.{/xtypo_rounded_left3}

Rápida integración
Las alumnas, la mayoría de ellas nacidas en países árabes, se han adaptado rápidamente a la dinámica de las clases. Las jóvenes encuentran en Dos Hermanas Solidaria algo más que una escuela y un foco de cultura. Han creado una hermandad que se nutre de la nostalgia, el apoyo, el afecto y la empatía. Por este motivo, esta relación hace que las chicas estén encantadas con las clases. La mayoría de ellas son madres. Por este motivo, es común que el recibidor del local se llene de pequeños . “Tenemos incluso un bebé de pocos meses aquí con nosotros en el aula, junto a su madre” recalca la profesora.
Los días en los que se imparten las clases son los lunes (nivel básico del idioma), los martes y los miércoles. “Mientras yo doy las clases, otra chica se queda en el recibidor entreteniendo a los críos con pinturas y juegos”. La profesora comenta que en más de una ocasión, las clases se interrumpen a consecuencia de los más pequeños, los cuales entran y salen del aula con total libertad. “A veces estamos estudiando y se nos cuela un peque buscando a su mamá, y otras veces, es ésta la que tiene que salir del aula porque su hijo está trasteando fuera”, aclaraba la profesora.

Con respecto a dos de sus alumnas búlgaras, la profesora resalta el talante de superación de ambas, así como el gran esfuerzo que han llevado a cabo para adaptarse al idioma. Al principio, se comunicaba con estas chicas a través de traductores de Internet, hasta que las jóvenes adquirieron base de castellano. Elisa  también destaca las dificultades de algunas de las alumnas, sobre todo árabes, para asistir diariamente a clase, mayormente por cuestiones laborales.

Ayudar a los inmigrantes
El motivo que potenció la creación de esta pequeña escuela fue el ayudar al gran porcentaje de inmigrantes que llegaban a Dos Hermanas, porcentaje que ha ido aumentando con el transcurrir de los años. Cáritas ya llevaba a cabo esta labor anteriormente. “Los más necesitados estaban cubiertos de alimentos, cobijo y ropa, pero nadie se paraba a enseñarles las riquezas del lenguaje español, ni tampoco la importancia de la cultura nazarena”, recalca Elisa.

No se necesitan requisitos para asistir a clases. Las ganas de aprender es el único billete que se requiere antes de entrar al aula. La profesora, recalca que la mayoría de sus alumnos tiene conciencia de la importancia de sus clases, ya que la asistencia a sus lecciones, conduce a una mayor perfección lingüística y cultural, que a su vez, desencadenan en una mayor posibilidad de introducirse en el mundo laboral.

{xtypo_code}Al frente del barco
Elisa Galante, profesora salmantina, carismática y luchadora, lleva más de treinta años viviendo en Dos Hermanas, donde observa, día a día, como sus sueños crecen y se nutren de la ilusión que produce en sus alumnos.{/xtypo_code}

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