El pasado viernes 21 de noviembre, comenzó el día con una noticia que recuerda a tiempos pasados. ‘’El rector de la Macarena y párroco de San Gil abandona sus funciones. El lunes entregó las llaves del templo al vicario de zona y no se ha vuelto a saber más.’’ Carlos Navarro Antolín. Diario de Sevilla 21/11/2014
Concretamente recuerda a lo que pasó hace unos diez años aquí en nuestra ciudad de Dos Hermanas, en la Parroquia del Amparo. Tras varias discrepancias entre el Párroco, D. Antonio Borrego Cobos, y la Hermandad que reside en dicha Parroquia, la Hermandad de la Cena; el Señor Arzobispo requiere en Palacio al Párroco instándole a buscar una solución a la relación Parroquia-Hermandad. El Párroco en vista de que no conseguía lo que quería, hace entrega de las llaves de la Parroquia al Arcipreste local, tirándoselas encima de la mesa. Tras esto desaparece durante un tiempo, quedando la Parroquia desatendida, sin catequesis, misas, ni ningún otro acto. Recuerdo esto perfectamente, en ese tiempo, el que escribe, recibía la catequesis de Primera Comunión en dicha Parroquia, y es difícil de olvidar la tarde que en la puerta se encontraba una de las catequistas diciéndonos que volvamos a casa, que no había llaves y que por tanto no había catequesis.
Tras algo más de una semana en ‘’paradero desconocido’’, vuelve a la Parroquia y con él, llega para la Hermandad de la Cena un Decreto por el cual ha estado suspendida algo más de 6 años, lo que provocó la división de la feligresía y por supuesto un profundo dolor para todos sus hermanos, que en aquel tiempo superaban los mil.
Ahora, ante esta situación la pregunta es: ¿pasará algo parecido por la Basílica? Por el bien de sus hermanos, y de la Iglesia de Sevilla, esperemos que no sea así, y que el tiempo haya sabido poner a cada persona en su lugar. Quizás cuando se publique esta carta, el Sr. Párroco ya haya vuelto a su templo, pero ¿habrá conseguido sus objetivos?
