Afrontando la vida

0
- Publicidad -

(Mateo 25, 14-30) TIENES una vida en la que puedes desarrollar todo el potencial que tienes dentro; si no lo haces, lo pierdes para siempre; nuestra realidad es así, y no nos la podemos inventar.

Hubo un tiempo en el que nuestra cultura estaba impregnada de un fatalismo que paralizaba todas las fuerzas de renovación que surgían. La vida campesina constataba la impotencia de nuestros esfuerzos ante la fuerza de lo imprevisible. Pero hoy la mentalidad que dispersa nuestras fuerzas y dilata nuestras decisiones hasta paralizarnos es justo la contraria; pensamos que todo es posible y siempre; que cuando queramos la vida cambiará con la decisión de nuestra voluntad. Hasta que la vida nos muestra que las oportunidades que se pierden no vuelven. Y nos lo muestra con una contundencia y una inexorabilidad que nos dejan mudos y derrotados.

No nos podemos inventar la vida y perdemos el amor que no hemos amado, la esperanza que no dejamos que nos impulsara, la fe que escondimos por cobardía.

- Publicidad -

Y es que lo que más nos esclaviza es el miedo. Miedo que parasita en nuestra falta de fe en que Dios es Padre, y nos quiere como sus hijos; miedo que se alimenta cuando juzgamos a los demás, condenándonos a nosotros mismos, porque no somos tan diferentes de ellos. Miedo que nos vence cuando, en vez de ver la hermosura de lo creado, rumiamos insatisfacciones, fracasos, o nuestros propios pecados.

El evangelio nos invita a dejar de rumiar el fruto amargo de la mediocridad y a vivir lo que somos: hijos de Dios Padre, ungidos del Espíritu, hermanos pequeños de Jesucristo.

 

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!