Conflictos

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La vida, la vida en sí misma lleva aparejada una conflictividad. El enfrentamiento con el exterior, al nacer, ya lo es, y tremendo.

Pero los buscamos, hasta con apasionamiento. Querer tener un hijo a toda costa…y por otro lado, otros se complican para no tenerlos. Y los problemas surgen porque nos casamos cada vez a edad más avanzada y hay que inventar algo. Hay inventos y ¿cómo no idear la manera de conseguir un niño si la mujer ha alcanzado una edad que se acerca ya a la menopausia?

Pues el conflicto está en el tapete. ¿Y si consigo un útero que me sirva para tener un hijo?

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Es decir un niño que acojo como tal aunque no cumple con las condiciones normales que se deben dar en la consecución de un hijo. Complicado y conflictivo.

¿Y si la vida es complicada y conflictiva en sí misma…por qué no complicármela más? Porque si desde el principio las cosas son como fueron y son como son, los hijos nacen como nacen y son un don, como lo es la vida misma, y si no vienen ¿lo aceptaré como he de aceptar tanta contradicción que lleva aparejada la existencia, por ejemplo, la muerte?. Lo más contradictorio que puede darse a la misma vida.

Y el conflicto lo provoca un matrimonio australiano que no acepta un niño concebido en una mujer tailandesa, por encargo, por tener un Síndrome de Down y si se llevan a otro que reúne las características que ellos consideran las aceptables. El “conflicto” inundó las redes sociales. y, claro, todo se ha puesto en la “palestra”, pero los mismos que se indignan por lo de los australianos , tal vez no ponen mala cara a los abortos “selectivos” que tan en boga están y que hace que cada vez se vean menos partos de niños con cualquier discapacidad, porque. esta sociedad huye de los conflicto y de las complicaciones.

Los embarazos “comerciales” se pactan con lo que la civilización denomina normales, y la discapacidad o la disminución, del tipo que sea no cabe en esta generación del “descarte”.

Derecho a la vida, Derecho reconocido por Las Naciones Unidas en los Derechos del Niño, y por tanto estos casos de subrogación, que, seamos claros, es un comercio con el niño así concebido, es tan parecido, por haber por medio compensación económica, como cualquier tipo de explotación del ser humano.

 

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