La película española del año

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Película Magical Girl

MAGICAL GIRL

Posiblemente estemos ante la que es la mejor película española del año. Y llega por sorpresa, inesperadamente. Como inesperado fue su triunfo total en el reciente Festival de Cine de San Sebastián, en el que se alzó con los premios a la mejor película y al mejor director. Y visto lo visto, no se puede negar que merecidamente.

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{xtypo_code}España-Francia, 2014 (127′)
Escrita y dirigida : Carlos Vermut.
Producción: Pedro Hernández Santos.
Fotografía: Santiago Racaj.
Montaje: Emma Tusell.
Intérpretes: Bárbara Lennie (Bárbara), Luis Bermejo (Luis), José Sacristán (Damián), Israel Elejalde (Alfredo), Lucía Pollán (Alicia), Elisabet Gelabert (Ada), Miquel Insua (Oliver), Teresa Soria Ruano (Adela), David Pareja (Javier). {/xtypo_code}

Vermut monta una historia en la que la información se nos da con cuentagotas, poco a poco, cambiando el punto de vista de una secuencia a otra, repitiendo la historia desde perspectivas distintas, ampliando el caudal de conocimiento y ayudando así a que el espectador sepa lo que pasa casi a la misma vez que los protagonistas. Unos personajes que se mueven por instintos, que toman unas decisiones vitales empujados por unos sentimientos que son más fuertes que la razón.

Alicia es una niña enferma de leucemia cuyo deseo es tener el traje de su heroína favorita, Magical Girl Yukiko, un personaje de manga. Su padre, Luis, un profesor forzosamente en paro y que pasa (por ello y lo de la pequeña) por una mala racha, está dispuesto a hacer lo que sea por cumplir el sueño de su hija. Su destino se cruzará con el de Bárbara, una joven con serios desequilibrios mentales, y con el de Damián, un profesor jubilado con un oscuro pasado que le llevó a la cárcel. Los tres se verán metidos en un mundo de chantajes en el que las consecuencias de sus actos no son tenidas en cuenta.

Magical girl es un drama seco, con algunas gotas de comedia negra (negrísima). A pesar de que comienza como la historia tierna de un padre capaz de todo por su hija, pronto entra en escena el aspecto sórdido que va creciendo a pasos agigantados. Vermut nos presenta un rompecabezas críptico y tríptico (tres historias, tres actos, tres personajes, tres almas perdidas), en el que importa tanto lo que se ve como lo que no se ve, lo que queda oculto tras una puerta bajo un lagarto negro.

Una trama perturbadora, con unos personajes repletos de matices y magníficamente interpretados por su tripleta protagonista, pero a la vez es un magnífico retrato social de la sociedad que nos ha tocado vivir.

Esta es una cinta magnífica, sobrecogedora, con un José Sacristán soberbio y una hipnótica Bárbara Lennie. Imperdible. Y, aviso a navegantes: nunca fue tan significativo un folio en blanco.

 

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