Nuevo Miércoles Santo con regusto histórico

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    Estación de Penitencia de Oración en el HuertoEstación de Penitencia de Oración en el Huerto

    Oración se acerca a su tercer centenario procesionando por las calles de la ciudad con ese toque de cofradía clásica

    A punto de cumplir el tercer centenario de su primera salida procesional (1776) la Hermandad de Oración  puso en la jornada de Miércoles Santo ese toque de hermandad de centro, del casco antiguo, pero con regusto de barrio. El buen tiempo acompañó durante su estación de penitencia que se inició con los últimos calores de la jornada cuando el misterio de Jesús Orando en el Huerto se presentó ante el numeroso público que lo aguardaba en la calle Aníbal González, Patomás para los oriundos del lugar.

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    Lo hacía a los sones clásicos de la marcha Jesús de Getsemaní   interpretada por la Banda de Guillena que acompaña al palio de la Virgen que lucía una exquisita ornamentación floral. La agrupación musical de La Estrella que lo acompañó durante su estación de penitencia tomó el relevo con La Oración del Huerto.

    A sus sones se meció uno de los misterios más completos de Manuel Pineda Calderón, del que en unos meses se cumplirán los cuarenta años de su fallecimiento tan solo días después de haber entregado su  último trabajo para esta hermandad.

    Estación de Penitencia de Oración en el Huerto

    Tras el Señor orante, el gran estreno de la jornada, la Virgen de los Dolores bajo su nuevo palio negro bordado en oro de Carrasquilla y restaurado por Esperanza Elena Caro. La Virgen, con una corona que cumple medio siglo de vida, lució en el varal delantero derecho un crespón en representación del que fuera su capataz, Antonio Jesús Echeverría, quien de esta forma realizó estación de penitencia con su Virgen.

    Y acompañando a las Sagradas Imágenes un cortejo en el que tampoco faltó un detalle. Entre sus enseres destacó el Simpecado del Rosario (1764), el guión Unidos en la Fe con varas de la corporación ahijada de la Amargura, así como el estandarte  y libro de reglas portado y acompañado por cinco hermanos que vestían, como desde hace quince años en tal menester, la túnica de cola que fue la  propia de la Hermandad hasta 1928 y con varas de finales del s. XIX.
    Sin olvidar la presencia de los niños y niñas en su cortejo, el futuro de una cofradía con mucha historia.

     

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