Triunfal y calurosa procesión extraordinaria de la Virgen de Valme
No era tercer domingo de octubre y las únicas carretas en la calle eran las que los carreteros habían colocado en algunos puntos estratégicos de la ciudad como elementos ornamentales. Pero, sobre todo, la temperatura no era la habitual en un domingo de romería del mes de octubre ni la hora la de la salida habitual de la Virgen.
A las 19:00 horas y con casi 40 grados centígrados en el ambiente, Valme salió el pasado sábado en procesión extraordinaria por el 39 aniversario de su coronación canónica. Procesión triunfal y multitudinaria, sobre todo por la noche, cuando el calor y La Roja lo permitieron, en el que las muestras de devoción a la Virgen se sucedieron de múltiples maneras. Bien en forma de cantos u oraciones, tanto de particulares como coros, como en el exorno de las calles de su recorrido, que lucieron de gala para la ocasión con altares, guirnaldas, alfombras florales, petaladas o balcones engalanados.
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La procesión oficial, con la representación cofrade y política de la ciudad, llevó a la Virgen hasta San Sebastián, donde su paso neogótico entró en la capilla, para salir, ya sin comitiva, y proseguir con su paseo triunfal. Destacó por su belleza su paso por la Peña Sevillista, con actuación coral incluida, o su llegada a la plaza Menéndez y Pelayo, principal reclamo de la procesión por lo vistoso de su decoración.
Haciendo un alto en recorrido en las sedes de otras hermandades nazarenas, donde se vivieron emotivos momentos de confraternidad con Valme.
La bulla en las calles en torno al templete en el que procesionaba la imagen fernandina, con un discreto pero elegante exorno floral, fue mayor a medida que pasaban las horas, relentizando su procesionar y provocando que la Virgen entrase en la parroquia cuando faltaban quince minutos para las tres de la madrugada.