De romería al estadio

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2602Cada vez que despunta un nuevo tercer domingo de octubre, en Dos Hermanas suele escucharse cantar la rumba que dice ‘Cada mañana de Valme, lo primero que yo hago es ponerme mi medalla’. Pues bien, a partir de ahora también podría existir otra versión: ‘Cada mañana de Valme, lo primero que yo hago es meterme en el estadio’. La nueva letra la habría acuñado la Rociera. Motivos hubiera tenido para ello.

Y todo por haber tenido que disputar este pasado domingo un partido mientras todo un pueblo se marchaba de romería. A las 8.30 sonó el pitido inicial del choque ante el Marinaleda en el que, al menos, los nazarenos pudieron sumar un punto tras terminar en tablas (1-1).

Por lo intempestivo del horario y la fecha de celebración, el empate conseguido hubiera sabido a mucho (más si cabe tras venir de una victoria, contra todo pronóstico, en el feudo del Portuense por 1-2), aunque ciertamente cabe reconocer que los auriazules fueron quienes más se dejaron en la contienda y menos recompensa recibieron. Por no citar el papel ejercido por el colegiado cordobés González Contador, que perjudicó sobremanera a los pupilos de Miguel Ángel Cáceres.

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{xtypo_rounded_left4}100 espectadores
presenciaron el partido de la Rociera ante el Marinaleda el  domingo a las 8:30 horas{/xtypo_rounded_left4}

Aún clareando el día, comenzaba el choque con un Marinaleda venido a más y hechuras de dominador. La primera gran ocasión le llegó a los visitantes en el minuto 7. Un derribo del local Barros a Cano, que se había internado en el área pequeña, le puso a los rivales un gol en bandeja. Un lanzamiento de penalti con el que su autor, José Manuel, consiguió el 0-1 para los suyos.

Durante pocos minutos más continuó el dominio marinaleño. Los ‘rocieros’ comenzaban a desperezarse y a meterse de lleno en el partido. Así, en el 23, el delantero Gordi estuvo a punto de dar la sorpresa al interceptar un balón que cedió el defensa Moyano a su portero Melero.

Lo intentó de nuevo el Marinaleda con un contragolpe que culminó con el esférico en las manos de Rivas, pero la suerte estaba echada. El nazareno José Romero volvía a la carga una y otra vez pero sus incursiones no remataban en gol.

De tanto intentarlo a Romero le produjeron una falta. Llegó la ocasión de oro para el empate. Minuto 45 en el reloj y certero disparo de Gordi que se cuela entre la defensa. El 1-1 lucía en el marcador del Miguel Román con la llegada del descanso.

Pese a erigirse como claro dominador de la segunda mitad, la Rociera no pudo aumentar su cuenta de goles. El técnico Cáceres sacó su artillería pesada para romper la igualdad con los visitantes. Le dio entrada a Villalón y Fran Ruiz por Jony y Diego Miraut pero el gol no llegó.

Especialmente efectivo fue Villalón, que nada más tocar terreno de juego a punto estuvo de colarle un disparo a Melero, continuando en el 89 con un remate de cabeza de un córner que se fue rozando el palo y completando su papel con el lanzamiento de un lanza (producida sobre él mismo) que chocó contra el travesaño.
Tras una buena cura de sueño y la celebración de un Valme con los suyos, la Rociera se prepara para visitar esta jornada al Algeciras, que llega de vencer al Murallas de Ceuta por 0-1.

 

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