Pierde calidad

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1101crónica SEVILLA FESTIVAL DE CINE EUROPEO 2010

Con la entrega de los trofeos de un repartido y discutido palmarés, el pasado sábado concluyó el 7º Sevilla Festival de Cine Europeo que se ha celebrado durante la última semana y que ha tenido como país invitado a Holanda, y ha otorgado premios especiales a Stephen Frears (que inauguró el certamen con su última película, Tamara Drewe), Vicente Aranda, Carlos Saura (que presentó fuera de concurso Flamenco Flamenco, continuación de la película que hizo hace ya catorce años) y Antonio Banderas.

Pero centrémonos en la sección oficial. Este año se ha caracterizado por la baja calidad de las películas que han participado en el concurso, cuyo nivel general ha bajado enteros respecto a los de ediciones anteriores. Al igual que ocurriera el año pasado, en este el país homenajeado tenía varias cintas en competición. La directora Mijke de Jong volvía a Sevilla después de recibir premio hace dos años con La hermana de Katia con Joy, una cinta pobre, que persigue incansablemente a la protagonista, insistiendo en primeros planos y una historia que no conduce a nada; La aviadora de Kazbek, con una intérprete rubenesca, una historia con un tratamiento original pero que acaba cayendo en tópicos y el más almibarado de los merengues; y The happy housewife, con un muy buen papel de Carice van Outen y un principio arrollador, que pierde el buen camino, para recuperarlo y volverlo a perder con un insólito happy ending.

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Esta ha sido, además, la edición con mayor participación española, con dos películas que optaban a premio, El regreso, un documental que no se explica cómo estaba aquí, cuando existe una sección específica para el género, que además adolecía de un servilismo y una reverencialidad excesiva, aparte de ser mala de verdad; por otro lado, Naufragio ofrece un punto de vista novedoso sobre el inmigrante que llega en patera a España, pero la cinta no tiene ni pies ni cabeza, y su director quiere demostrar su presencia con continuos e inexplicables planos oblicuos que no conducen a nada. Además, la presencia de Elsa Pataky y Luis Tosar en Mr Nice, filme británico sobre la vida del conocido narcotraficante Howard Marks, que se hace larguísimo y reiterativo, y de Carmen Maura en Chicas, película francesa que supone el debú en la dirección de la dramaturga Yasmina Reza, también cinta pobre, poco original, y con más carencias que virtudes.

Las mejores películas fueron, sin duda, la danesa En un mundo mejor, de Susanne Bier, sobre dos familias que se enfrentan a la violencia y que ven como sus vidas se tambalean, y la iraquí (sí, dentro de un certamen europeo, una película iraquí, con parte de capital europeo, eso sí) Son of Babylon, protagonizada por actores no profesionales, que cuenta la imposible travesía de una anciana y su nieto cruzando el país, semanas después de la  caída de Saddam, en busca de su hijo (y padre del pequeño) desaparecido en la guerra doce años atrás. También se podrían destacar The Poll diaries, con un magnífico trabajo de la joven actriz Paula Beer, Tender Son – A Frankenstein Project, tercera vez que el húngaro Kornel Mundruczó participaba en Sevilla, y que, si bien interesante, era una cinta muy inferior a Delta, con la que participó hace dos años, y la interesante La mujer con la nariz rota.

Al lado contrario, cintas flojísimas, pero que, y contra todo pronóstico, consiguieron menciones por parte del jurado. Fueron la rusa Silent souls, que cuenta además con un final improbable, después de una historia muy floja; y la griega Black field, aburridísima, protagonizada por actores que tienen horchata en las venas, preciosista pero una historia sin fuerza.

Esperemos que la próxima edición mejore , porque en calidad ha bajado bastante.

 

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