Hoy no nos queda más que «sorprendernos» desde nuestra localidad nazarena, tras la celebración de la Romería de Valme a base de horas extras de los Policías locales (que en algunos casos les ha llevado a doblar turnos sin poder negarse)
Nos sorprendemos al observar el «recto» proceder del Defensor del Pueblo Andaluz con un municipio (San Fernando) donde su alcalde no cumple (según palabras del propio Defensor del Pueblo Andaluz) con la ratio legal de policías por habitantes.
¿Qué pasa con otros alcaldes, como el de Dos Hermanas, que no sólo no cumplen con esa ratio sino que además presumen de ello como un logro personal (recordad el «mitin» del verano realizado por el Sr. Toscano a la plantilla policial de su municipio)?
¿Quién vela por la seguridad de los que velan por la seguridad de los ciudadanos de Dos Hermanas?
¿Acaso la integridad física de los policías nazarenos vale menos para su alcalde o para el Defensor del Pueblo Andaluz que la de los demás policías de otros pueblos?
Coches patrulla aparcados porque no hay policías bastantes para utilizarlos (cualquiera que pase por las tardes/noches y/o fines de semana por delante de la Jefatura pudiera pensar que los policías están todos «escondidos» en el interior del edificio pero no, dentro sólo hay un policía en Sala de emisoras y otro en la Oficina de denuncias -y éste último no siempre-).
Policías haciendo informes de forma unipersonal (sin compañero/a) al igual que los mandos policiales (que van también sólos la mayoría de las veces con sus vehículos policiales)
Cursos de formación contínua (como el del «uso del bastón policial») paralizados por el Jefe de Personal de forma verbal y sin explicación al respecto; denegación de días de vacaciones, asuntos propios, descanso de festivos… alegando falta de personal cuando no se desea (en palabras del propio Alcalde) ampliar la plantilla (apenas lo hizo en la época de «bonanza», donde nunca se alcanzó la ratio legal que señalan la FAMP -de la que el Sr.Toscano es Presidente- y la FEMP, así que ahora con la «crisis»…).
Y un largo etc del que, seguro, nos veremos obligados a seguir informando (e incluso, si no hay más remedio, dar conocimiento a instancias judiciales).
