Allí donde se hacen uno
la carne con los sentidos;
donde los roces prohibidos
confunden sus sincronismos;
allí, navegando a solas
sobre un manto de amapolas
rola el viento en erotismos.
Carne, olor, sublimación,…
hacen sudar las palabras
susurrando abracadabras;
cruzándose cada dintel;
filtrándose entre los versos
y ralentizando el terso
tic-tac del reloj de piel.
Son destilados de olores
en sábanas y carmín;
la insinuación por botín
con el placer por emblema;
un pespunte deshojado;
un botón desabrochado:
erotismos en poemas…
Al grupo poético L´Almazara,
por su valiente propuesta.