El Enterprise despega de nuevo

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star treckSTAR TREK

Desde que se supo que había en marcha un proyecto para llevar al cine una nueva entrega del fenómeno social que significó hace décadas la serie televisiva Star Trek, muchos empezaron a temer lo que nos podía deparar el resultado. Pero cuando se desveló, poco después, que era J. J. Abrams (creador de series como Felicity, Alias o Perdidos y director de la mejor entrega de las tres que se han hecho para el cine de Misión: Imposible), todos esperábamos con ansias que llegara el momento de poder ver el resultado final de lo que había creado. Y como se esperaba, no defrauda en absoluto.

Estados Unidos, 2009 (121’).
Título original:  Star Trek.
Director: J.J. Abrams.
Producción: J.J. Abrams y Lamon Lindelof.
Guión: Roberto Orci y Alex Kurtzman, basado en la serie de televisión creada por Gene Roddenberry
Fotografía: Daniel Mindel.
Música: Michael Giacchino.
Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markey.
Intérpretes: Chris Pine (James T. Kirk), Zachary Quinto (Spock), Eric Bana (Nero), Bruce Greenwood (Capitán Christopher Pike), Karl Urban (Dr. Leonard ‘Bones’ McCoy), Zoe Saldaña (Nyota Uhura), Simon Pegg (Scotty), John Cho (Hikari Sulu), Anton Yelchin (Pavel Chekov), Ben Cross (Sarek), Winona Ryder (Amanda Grayson), Chris Hemsworth (George Kirk), Jennifer Morrison (Winona Kirk), Rachel Nichols (Gaila), Leonard Nimoy (Spock, anciano).

 El destino de la galaxia depende de dos encarnizados rivales, James Tiberius Kirk, un joven de Iowa enganchado a las emociones fuertes y cuyo padre murió cuando él era un bebé luchando en una batalla espacial, y Spock, criado y educado en el planeta Vulcano, marginado por casi todos debido a su origen medio humano, que le hace vulnerable a las emociones y a los sentimientos que los vulcanianos rechazaron hace generaciones. Los dos se verán obligados a dejar a un lado las rencillas y luchar juntos para salvar el futuro del universo.

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El genio de Abrams ha conseguido lo que parecía imposible. La historia no plantea una continuación de lo que ya había ocurrido en la serie y las películas creadas hasta la fecha, antes al contrario, el director ha decidido centrarse en los orígenes de los personajes que ya eran conocidos, de dónde proceden, qué les llevó a ser compañeros en la nave Enterprise, a ser como son… Y aunque los más fanáticos seguidores de la serie pueden echar en cara algunas discrepancias, lo cierto es que Abrams se ha sacado de la manga una magnífica argucia (que no desvelaremos) y que permite hacer, no sólo verosímil y creíble tal cambio en la historia, sino que podría estar completamente en consonancia con la serie original, con su concepto, y con el modo en que la historia está concebida.

Abrams ha dotado a la película de un ritmo endiablado que no da tregua, que deja sin respiración al espectador ya desde el principio, con unos efectos espectaculares y un sentido del tiempo increíble. Ha creado una cinta que será un hito en la historia del cine de ciencia ficción, de las películas espaciales, y ha usado para ello lo aprendido (y a veces utilizado también) en las series que le hicieron popular (la materia roja que es parte importante de la trama y de la resolución de este filme aparecía, en un aspecto semejante, como parte de uno de los inventos de Rambaldi en la serie Alias), quizás algo enrevesado en algunos momentos (sus series también lo son, y hay que seguirlas con atención desde el principio para poder captar todos los mensajes y todos los significados que pretende lanzar). Pero sin duda es una película fascinante, incluso para los que jamás han visto un solo capítulo de la serie original.

 

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