Casi el mejor Eastwood

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críticaEL INTERCAMBIO

Basta decir que El intercambio (la nueva película de Clint Eastwood a la espera de que se estrene Gran Torino, ya acabada) se puede encuadrar dentro del póker que forman Sin perdón, Los puentes de Madison, Million Dollar Baby y Mystic River para que quede clara la opinión que me merece esta película: es una grandísima obra maestra. Quizás pueda considerarse algo inferior a las anteriores porque en algunos momentos (pocos, por suerte) se hace un poco larga. Pero todos los demás ingredientes suman en su favor, desde la dirección a la música, la puesta en escena, el guión, la fotografía, y por supuesto, las interpretaciones de un reparto de lujo encabezado por una Angelina Jolie que podría ganar (si Anne Hathaway lo permite –La boda de Rachel- que, según los premios que está recogiendo de las distintas asociaciones de críticos americanas, es su principal rival) su segundo Oscar, esta vez como actriz protagonista.

Estados Unidos, 2008 (141’)
Título original: Changeling.
Director: Clint Eastwood.
Producción: Clint Eastwood, Brain Grazer, Ron Howard, Robert Lorenz.
Guión:  J. Michael Straczynski.
Fotografía:  Tom Stern.
Música: Clint Eastwood.
Montaje: Joel Cox, Gary Roach.
Intérpretes: Angelina Jolie (Christine Collins), John Malkovich (Reverendo Gustav Briegleb), Jeffrey Donovan (Capitán J.J. Jones), Jason Butler Harner (Gordon Northcott), Amy Ryan (Carol Dexter), Colm Feore (James Davis), Michael Kelly (Lester Ybarra), Geoff Pierson (S.S. Hanh), Denis O’Hare (Dr. Jonathan Steel), Eddie Alderson (Sanford Clark), Gattling Griffith (Walter Collins).

 

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La historia está basada en hechos reales (con todo lo que ello conlleva en el cine: transformación y deformación de la realidad ante la imposibilidad de que todo ocurrió como se cuenta y adecuación de la historia para que ésta sea más cinematográfica) ocurridos en la ciudad de Los Ángeles a finales de los años veinte. Christine Collins es una madre soltera que al regresar un sábado a casa después del trabajo descubre que su hijo ha desaparecido sin dejar rastro. Tras varios meses de desesperación, la policía le entrega a un niño de nueve años que dice ser su hijo. Desde un primer momento ella niega esa posibilidad, al no conocer al pequeño. La policía atribuirá este desconocimiento a la tensión sufrida en el tiempo que el niño estuvo desaparecido y rechazará la petición de Christine de seguir con la investigación. Pero cuando ella continúa insistiendo, poniendo en duda el trabajo del cuerpo, será tachada de loca y recluida en un hospital psiquiátrico.

El intercambio es reflejo de una sociedad y una época difícil, en una ciudad comandada por una panda de políticos y policías corruptos donde los poderosos establecían las leyes y gobernaban, eliminando de su camino a quien les presentara una mínima oposición. No es la primera película que refleja este hecho (en menor o mayor medida, también podrían incluirse aquí L.A. Confidential o La Dalia Negra, por poner un par de ejemplos). Además, en una época en la que para una mujer, el simple hecho de serlo era un hándicap más que debían superar y contra el que debían enfrentarse. Mucho más si, como fue el caso, trataba de plantarles cara y hacerles quedar como unos incompetentes incapaces de realizar su trabajo o de reconocer la posibilidad de haber cometido un error.

Eastwood dirige con mano firme, con un estilo poderoso, a la vez que emotivo, esta crítica a la ceguera del poder, a la avaricia de los que representan la autoridad y el homenaje a la fuerza de una mujer capaz de enfrentarse a todos ellos por lograr que lo que más quiere en el mundo regrese. Demuestra así (por si no había quedado claro ya) que se desenvuelve como pez en el agua en el terreno del drama (casi todas sus grandes obras lo son), y da a Angelina Jolie un vehículo de lucimiento para que demuestre lo gran actriz que es (aunque en la mayoría de ocasiones sus elecciones de papeles se decanten más por la comercialidad y la previsión de una buena taquilla que por el reconocimiento como intérprete, algo que no se le puede negar –un Oscar y tres Globos de Oro, de momento, así lo atestiguan– y que, tampoco hay que negarlo, a ella le importa más bien poco).

 

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