Después de la tempestad la cofradía bordó su estación de penitencia
Aunque muchos daban por hecho que Vera Cruz no realizaría el pasado Jueves Santo su estación de penitencia por el sambenito que tiene de que no sale si caen dos gotas de agua, la cofradía puso su cruz de guía en la calle a la hora fijada, a las 20:00 horas. Motivos no le faltaban para salir y es que los últimos partes meteorológicos consultados por la hermandad(y contrastados con otras cofradías de Sevilla, como Pasión) anunciaban que la última cola de la tormenta que había barrido la provincia terminó de pasar sobre las 18:00 horas, mucho antes de lo previsto, por la influencia del viento, ya que se esperaba una mejoría a partir de las 22:00.
Con este panorama favorable la corporación iniciaba su estación de penitencia después de quedarse el año pasado en su capilla por las inclemencias metorológicas.
En las calles había ganas de volver a ver la antiquísima talla del Cristo de la Vera Cruz y de volver a disfrutar con su caminar severo y en silencio, después de que la junta de gobierno acordara hace tres años suprimir el acompañamiento musical tras el paso. A los cofrades parece que les ha gustado este giro hacia la sobriedad que ha adoptado la corporación de San Sebastián y se ha dejado notar en que este año la cuadrilla del Cristo, según comenta la hermandad, se ha incrementado considerablemente.
Tras él, y brillando más que nunca, la Virgen del Mayor Dolor lucía uno de los principales estrenos de esta Semana Santa, la restauración y plateado de su candelería. La Virgen iba elegantemente exornada con rosas blancas, que se imponen cada vez más entre las dolorosas sevillanas, como en el caso de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso de la cofradía del Gran Poder, que también optó por este tipo de flor.
En el caso del Cristo, se optó por un monte de iris morados. La imponente talla, la más antigua que procesiona en Dos Hermanas, recorrió las calles nazarenas, con menos público, quizás, que en ediciones anterior, por la lluvia que protagonizó el comienzo de la tarde y el frío posterior de la noche, que también fue patente al paso de la cofradía por la carrera oficial y durante su presentación en Santa María Magdalena.
La contemplación de este crucificado en la tarde del Jueves Santo fue impresionante.
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