El novillero de 30 años, que había triunfado en la Maestranza, no quiso someterse a tratamiento en un hospital
Ayer sábado, día 21 de enero, a los 30 años de edad dejó de existir el novillero de Dos Hermanas Manuel Martín ‘Chaparrejo’, que desde hacía varios años padecía la terrible enfermedad de la tuberculosis.
La noticia de su fallecimiento se ha divulgado rápidamente, causando un gran pesar en todo el vecindario y en el mundillo taurino, en el que gozaba de grandes simpatías por su carácter amable y bondadoso. El sepelio de su cadáver ha constituido una sentida manifestación de duelo en Dos Hermanas.
Ejemplo de valentía
Valiente como pocos, Chaparrejo obtuvo a mediados y finales de los años 40 sonados triunfos en la Plaza de Toros de Barcelona y en la Maestranza de Sevilla. Precisamente su última actuación fue la famosa corrida de Tulio Vázquez, dese chada por las figuras del toreo por la envergadura de los toros. Manuel, deseoso de reverdecer los triunfos de antaño, no dudó en ceñirse su traje celeste y oro. A pesar de que ya entonces padecía la enfermedad, supo enfrentarse a un toro de 320 kilos.
Desde hace unos años, Chaparrejo vivía retirado de los ruedos, se dedicaba a la correduría de aceitunas y planificaba casarse con su novia. Nunca quiso plantarle cara a la tuberculosis , cuyos padecimientos sobrellevó con extraña resignación.
“Por no ir a El Tomillar”
“Por no querer ir a El Tomillar” Esa es la frase que más se escuchaba ayer entre los amigos de Chaparrejo en su entierro. El citado hospital, especializado en tuberculosis, suele ser un lugar triste donde los enfermos pasan largas temporadas si es que no fallecen, y Chaparrejo, de carácter más bien bohemio, se negó en repetidas ocasiones a “enterrarse en vida”. Solo admitió ingresar si llegaban unas medicinas de Alemania que intentaban conseguirle unos amigos con influencias, pero no llegaron a tiempo y la tuberculosis le ganó la batalla.
