Caigo sobre unas manos

0
- Publicidad -

(Mateo 2, 13-15) A todos  nos ha hecho personas la entrega incondicional, alegre y sacrificada de un hombre y una mujer que nos han cuidado, hasta en los detalles más inverosímiles, y que nos han ido tratando como seres dignos y buenos. No somos personas sólo por tener una biología humana; somos personas porque nuestra familia, con sus luces y sus sombras, nos ha tratado humanamente, día tras día, año tras año. 

Cuando en la tarea difícil y contradictoria de ser hombre siento vacío el mundo y que incluso sube el olvido a mi corazón, me arrodillo a respirar sobre tus manos. Y tú escondes mi rostro, y soy pequeño, y tus manos grandes. Descanso de ser hombre; descanso de ser hombre. Caigo sobre tus manos, madre; caigo sobre tus manos, padre; caigo en oración sobre tus manos, Señor.
Sólo podemos descansar de la tarea de ser persona en la humanidad que nos hizo y en la que somos. ¡Qué poco agradecemos a los nuestros todo lo que nos han dado! ¡Qué terrible soledad siente quien desmiente con su desapego o con su abandono su propia realidad!
 

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!