Tuve la suerte de conocer a D. Salvador allá por el año 1983 cuando presidía los Equipos de Nuestra Señora en Dos Hermanas y a través de su bondad, capacidad de trabajo y buen hacer nos ‘enredó’, a mi mujer y al que suscribe, en Cáritas de donde aún no hemos salido. Al dejar el cargo de Arcipreste de Dos Hermanas, no me resisto a realizarle un interrogatorio imaginario del que se enterará por la prensa.
A ver, nombre. Salvador Andrade Holgado, de 61 años de edad.
Profesión. Entré en el seminario de Sevilla en al año 1959 a los 13 años y fui ordenado Sacerdote en el año 1971.
Cargos que ha ostentado. Estuve ocho años de coadjutor de la parroquia de Santa María Magdalena y luego, párroco de la del Rocío hasta la fecha, con algún pequeño paréntesis. Fui nombrado Arcipreste de Dos Hermanas en el año 2.000 y hasta 2.007.
Durante su sacerdocio ¿Qué resaltarías? Como extraordinario, la puesta en marcha de la Fundación ANIDI en 1976 y la de Alcohólicos Anónimos en 1993. Y como ordinario, la celebración de un millón de bodas, comuniones, reuniones etc.
Durante su arciprestazgo ¿Qué resaltaría relativo a Cáritas Arciprestal? Primero, la creación de la misma. A continuación la creación del Servicio de Orientación Laboral en ella. Y, sobre todo, el haberme rodeado de un equipo que ha hecho fácil lo difícil (Juan de Dios, Antonio Cid, Antonio Ruz , etc.).
Y ahora…¿Quo Vadis D. Salvador? Vuelvo al lugar de donde nunca he salido, a ocuparme de los asuntos de mi parroquia, a mis equipos, a celebrar misas, bodas, bautizos, comuniones, entierros, catequesis, etc. En otras palabras, a estar desde la mañana a la noche ocupado en atender a mis feligreses.
