¿Dónde está el de los mostachones?

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El jueves, día 22, me encontraba escribiendo una redacción para el curso de alfabetización que estamos haciendo en nuestra asociación, ANAMA, cuando llamaron a la puerta.  "Señora, paso y siempre tiene usted la puerta cerrada", es que cuando la tengo abierta no pasa usted, contesté. "Cómpreme usted algo, que sólo me queda esto y quiero irme ya para Utrera". A lo que le dije: lo siento , tengo avío, he estado malucha y mis amigas y compañeras han venido cargadas (gracias a todas). "Venga, cómpreme algo”. Me dio mucha pena y le dije que me diera una caja de palmeritas para que se fuera ya a su pueblo. 

Pero no creía que se fuera tan rápido y con tan poca verguenza. ¿Cuánto es?, “cuatro euros”. No tengo suelto, sólo tengo estos diez euros, a lo que me contesta que él los cambiaba en el bar de la esquina. Al verlo coger la caja le dije que la dejara allí mismo que para qué quería ir tan cargado, pero su respuesta fue que a ver si terminaba de vender lo que le quedaba. Y, hasta el día de hoy, no ha aparecido.

Perdí los seis euros que me sobraban y no me lo creía. Ya hacía bastante tiempo que venía, y siempre o casi siempre cuando yo estaba le compraba mostachones, aunque no son ni primos hermanos de los que habían antes, pero la prima fui yo que me fié de dicho personaje. Bueno, esos seis euros, mil pesetas mías que le aprovechen, son las palmeritas más caras que  me comeré (si me las como yo).

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No escribo todo ésto por mi mosqueo, ya que por la tarde llamé al número de teléfono que venía en la caja y me contestaron que allí compraba gente de toda clase, y que se figuraban quien era porque sabían quienes venían a Dos Hermanas a vender y que ya me avisarían. Ya no quiero saber más, una cosa más que contar de mi larga vida, aunque alguien dijo que no debemos contar lo que nos duele a nadie, porque si no nos quieren se alegran, y si nos quieren se entristecen. Pero no lo hago por mí, es que esas pequeñas cosas son denunciables, porque no sabemos a cuántas personas han podido engañar, y para que las que les compren se enteren de con quién están tratando. No debemos callar cosas que puedan perjudicar a más y más sin que nadie se entere. Estos vendedores no pagan sus impuestos, quitan ventas a los comerciantes de nuestra ciudad y además están robando a los ciudadanos. Todo ésto, es cosa de la autoridad competente, para que no suceda. Recordamos a los vendedores con cariño, como cuando venían los panaderos de Alcalá de Guadaíra que eran como de la familia, los queríamos a todos, pero desgraciadamente todo ha cambiado, y por eso nos sentimos tan mal  y tan indefensos, porque hay gentes sin escrúpulos que nos quitan que creamos en algo o en alguien.

Bueno, ya termino, sólo es un aviso para todas aquellas personas que les compren o los ven por alguna parte con esas cajas grandes de cartón en sus brazos, por favor que los traigan para acá que yo les contaré un cuento de miedo. ¡Bueno, es broma! Sólo quiero avisaros para que lo sepáis y no le déis más que lo justo, y de camino le decís que necesito otra caja.
Tened todos mucho cuidado y que paséis unas navidades muy lindas, y que siempre las recordéis como yo a todos vosotros, con mucho cariño. Hasta siempre, vuestra amiga.
 

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