"Me siento, ante todo, escultor. La imaginería es una especialización"
José Antonio Navarro Arteaga tiene el privilegio de realizar su trabajo con unas vistas que muchos quisieran. Las estampas clásicas de Sevilla se cuelan por los ventanales de su taller en la calle Betis. Escultor, especializado en imaginería casi desde sus comienzos, ha sido elegido por la parroquia de La Oliva para tallar la nueva imagen de la Virgen. Con estilo clásico, la Virgen de La Oliva será el primer referente escultórico de Navarro Arteaga en la ciudad.
¿Es el primer trabajo que hace para Dos Hermanas?
Sí, el primer trabajo grande. De forma periódica realizo el nazareno de terracota que se entrega en el concurso de carteles del instituto El Arenal. Sólo espero que a la gente le guste mi creación y tenga más encargos.
Háblenos de la talla de la Virgen.
Es una talla completa, estofada, dorada con oro fino, tallada en madera, muy parecida a la Inmaculada Concepción que hice para Nervión. Está en la línea de mis últimos trabajos, que combina el Barroco con el Romanticismo y algunas pautas del Renacimiento, buscando sobre todo la calidad de la obra.
¿Cuál ha sido el proceso de trabajo?
Conocía a Gregorio, el párroco de La Oliva, y él me aportó la posibilidad de hacer la imagen de la Virgen para su parroquia. A partir de ahí se hizo el boceto del proyecto, luego un modelo en barro y después en su tamaño, ya en madera de cedro. Primero se talla la madera, se dan las proporciones correctas y luego se da la policromía. Los trabajos han durado un año, porque no he estado sólo dedicado a esta escultura.
¿Se siente más escultor o imaginero?
Soy escultor, ante todo. La imaginería es más una rama, una especialidad. En esta tierra desde que nacemos estamos mamando de la imaginería porque la fiesta grande es la Semana Santa, así que cualquier inquietud artística puede llevar a la imaginería.
¿Es diferente la forma de trabajar para una imagen religiosa que para otra que no lo es?
Sí, es totalmente distinta. Sobre todo, a la hora de abordar el trabajo, tienes que cambiar de registro, situarte. Incluso conocer la idiosincrasia de la hermandad para la que se va a trabajar. Es necesario el mayor conocimiento posible, porque hay que saber muy bien lo que se hace para cada tipo de público.
El mundo cofrade está muy ligado a la tradición. ¿Le han pedido alguna vez que su obra sea más clásica?
Bueno, yo siempre me baso en la escultura barroca, y más clásico que eso para la imaginería religiosa, imposible. Es un estilo que encaja perfectamente con las necesidades de las hermandades y es más sencillo de comprender que otras escuelas escultóricas. Hubo un tiempo en el que se usó mucho lo contemporáneo en la imaginería pero no crea tanta conexión con la gente. Sólo le interesa a un grupo reducido, con otras aspiraciones artísticas. Pero para las hermandades y lo que estamos acostumbrados en Sevilla, es otra cosa.
Háblenos de algunos de sus trabajos más destacados.
Llevo 27 años trabajando en imaginería y en Sevilla he hecho cosas para Gran Poder, Cigarreras, hermandades de barrio, como La Estrella de Triana o Las Penas de San Vicente. Y luego también trabajos míos por toda España. En estos momentos, con la realización de los dos monumentos del Centenario del Betis espero abrirme un poco más al mundo de la escultura civil. Por otra parte, al mismo tiempo tenemos un proyecto con el Santuario del Rocío, que comenzaremos en pocos días.
