La comunidad educativa ha estado involucrada desde el primer momento
En septiembre de 2006 el colegio Ana María Matute, aunque todavía sin ese nombre, abrió sus puertas para acoger a los alumnos de Condequinto. Ahora, una vez acabado el curso escolar, es momento de hacer balance de lo que ha sido un año de educación y convivencia con logros y sus carencias.
El arranque
El inicio de curso se recibió con muchas ganas, y no es para menos; el centro ha venido a dar servicio a unos alumnos que, de no haber sido por su existencia, habrían tenido que desplazarse a otros centros más alejados de sus domicilios, con el consiguiente perjuicio que ello supone a los padres. Desde el principio, el colegio se acogió al Plan de Apertura de Centros por completo, lo que conlleva la existencia de un comedor, aulas matinales donde los padres dejan a los niños de Infantil y Primaria mientras trabajan antes de que empiecen las clases, y diversas actividades extraescolares.
Pero como suele pasar en los centros recién construidos, las fechas de finalización de las obras y la dotación de materiales se cumplen al límite; tal es así que el mobiliario y el material didáctico no llegaron al centro hasta el día 14 de septiembre, tan sólo un día antes de que lo hicieran los niños, y el acceso a las redes de telecomunicaciones no estuvo listo hasta el mes de octubre.
Aparte de la tardanzan en la llegada del material y el mobilibario, una de las carencias más significativas que ha presentado el colegio, latente desde su apertura, ha sido la falta de algunos profesores especialistas, como los de música, religión católica, o pedagogía terapeútica (PT). Desde el AMPA del colegio, y con el apoyo de la dirección, han insistido en la necesidad de contar con una plantilla más amplia, y tras ser recibidos por la delegada de Educación, tienen la promesa de que para el próximo curso habrá un profesor de P.T. que además realizará las funciones de profesor de apoyo.
Compromiso
Dado que era la primera vez que el colegio se ponía en funcionamiento, no se conocía cómo iba a responder el centro, pero ahora, echando la vista atrás, se puede hacer un balance positivo del trabajo en equipo y la compenetración de toda la comunidad educativa. La directora del centro, Trinidad Arcos, reconoce el compromiso y agradece la "colaboración y participación activa de madres, padres, abuelos y abuelas, con una predisposición siempre positiva en el sentido de aunar criterios respecto a la educación y formación de sus hijos e hijas".
Gracias a que todos han arrimado el hombro, durante el curso ha sido posible crear y organizar todos los servicios necesarios para el correcto funcionmiento del centro, como el aula matinal, el comedor, las actividades extraescolares, dos rutas de transporte, talleres de vacaciones en Navidad, Semana Santa y Feria, la Semana Cultural o la Fiesta Fin de Curso. Los padres y madres del Ana María Matute han colaborado desde el AMPA para que no faltara de nada en el desarrollo educativo de sus hijos, tomando parte en las diversas actividades extraescolares y fiestas, la semana del libro en que contaron con la aportación de diversas editoriales, e incluso se involucraron en la creación del huerto escolar, aportando tierra, sembrando diversas especies e implantando un sistema de riego automático.
Es deseo de los padres y madres que el personal que atiende el comedor siga fijo para el año que viene, ya que están realizando una buena labor y es importante que los niños los conozcan.
Por otra parte, también hay que reconocer la implicación del profesorado, un equipo de personas que han trabajado juntas por primera vez y que han conseguido que los niños alcancen un buen nivel educativo. Trinidad Arcos tampoco se olvida del "asesoramiento y apoyo constante del Equipo de Orientación Educativa de la zona y del Centro del Profesorado de Alcalá", así como del "alto grado de implicación del Ayuntamiento y su atención permanente y eficaz a nuestras necesidades". La valoración general que hace Arcos de este primer año es bastante significativa: “hemos asumido un reto que en muchas ocasiones ha sido extremadamente duro, pero que ha tenido más satisfacciones y gratificaciones que sinsabores”.
Horizontes
El balance general de este primer año es bastante positivo, pero todavía queda un largo camino por recorrer para que el CEIP Ana María Matute cuente, en palabras de Ricardo Marín, vicepresidente del AMPA, con todo "lo que le corresponde como centro escolar". El consejo escolar reclama para el curso que viene la creación de aulas para tercero de Primaria, dado que muchos padres tienen a sus hijos repartidos entre varios centros de la zona, lo que les dificulta conciliar el trabajo con el cuidado de sus hijos. Marín también apunta que para el año que viene el colegio tendrá un aula más de Infantil, llegando hasta seis, por lo que también se necesitará un nuevo profesor de apoyo, tal y como establece la ley.