"A pesar de la algarabía, el Rocío está lleno de silencio"
El próximo domingo, día 22, después de la Función Principal de Instituto de la Hermandad del Rocío, Manuel Pérez Muñoz será el encargado de anunciar con su pregón la inminencia de la próxima Romería. Su hija, Rocío Pérez Laguna, será la encargada de hacer su presentación.
Manuel Pérez Muñoz es natural de Dos Hermanas y está muy vinculado a las tradiciones de Dos Hermanas. y a la Virgen en particular. No sólo le profesa su devoción a la Virgen del Rocío, sino que también le reza con fe a Valme y a Consolación porque dice que “veo en ellas a mi madre, además de a la madre de Dios”. No está nervioso por hablar en público pero su designación como pregonero le hace sentir como en vísperas de Romería.
¿Qué siente un rociero cuando lo designan para dar el pregón?
Mucha responsabilidad y mucho orgullo. Me siento como si fuesen las vísperas de una salida de Romería, con el mismo nerviosismo y la misma expectación. Son muchos sentimientos que no se pueden expresar con palabras. Aunque no lo parezca, el Rocío está lleno de silencio.
¿Desde cuándo viene su vinculación con la Hermandad del Rocío de Dos Hermanas?
Me hice hermano a raíz del cincuentenario. Pero siempre he estado pendiente. Además he retransmitido a través de Radio Estrella los programas especiales dedicados al Rocío, así que a partir de ahí me vinculé todavía más. Tanto que llegué a formar parte de la junta de gobierno, primero como primer prioste y luego como diputado de cultos y delegado del grupo joven.
¿Cuál será la línea principal de su pregón?
Mi línea principal siempre es y será la Virgen. Mi Rocío está en la Virgen y ahí estará mi pregón. A partir de ahí, de la Virgen, aparecerá todo el Rocío. Y ya estoy desvelando mucho…
¿Cómo vive Manuel Pérez la Romería del Rocío?
Yo vivo un Rocío muy sencillo, y sobre todo muy cristiano. Hay personas que confunden el Rocío con la fiesta continua y no saben que hay un aspecto de fe y religioso que no se ve.
Ha dicho antes que el Rocío está lleno de silencio, ¿a qué se refiere?
Significa que en el Rocío hay mucho silencio a pesar de la algarabía, porque a veces los labios no pueden expresar lo que siente el corazón y ese sentimiento se convierte en mirada o en lágrimas.
Ser rociero no es cosa sólo de la Romería.
Para nada. Ser rociero es llevar la vivencia del Rocío a tu día a día. Es compartir, estar en familia y ofrecer a los demás todo lo que se tiene. Es contar los días que faltan para Pentecostés. Yo no concibo un día sin poder hablar con la Virgen o de la Virgen.
Tiene entonces mucha en fe en María.
Para mí es la madre de Dios y mi madre propia. Da igual que se llame Rocío, Valme o Consolación. El regalo más bonito que me hicieron fue comunicarme que iba a ser pregonero pocos días después del Valme.
Su hija va a ser su presentadora.
Sus primeros pasos en el Rocío los dio conmigo y luego yo he ido aprendiendo de ella, de sus vivencias. Los jóvenes tienen mucho que decir y la mayoría convierten su juventud en caridad. La gente piensa que los jóvenes sólo van al Rocío a divertirse, pero no saben que hay muchas incomodidades, mucho cansancio y que la diversión viene sólo después del rezo, de la misa, del Rosario. Así por lo menos es como vivimos mi familia y yo la Romería del Rocío.
¿Con qué momento del Camino se quedaría?
Es imposible elegir sólo uno. Siempre busco lo positivo en el Camino del Rocío, desde que la Virgen se pone en la carreta del Simpecado en Dos Hermanas hasta que entra, después de varios días de Romería.
¿Tiene algún recuerdo especial después de tantos caminos vividos?
Un año se no s estropeó el coche y casi no pudimos ir a ver a la Virgen. Y, sin pensarlo, la gente que teníamos alrededor, sin conocernos de nada, nos dio todo lo que tenía y nos ayudó. Me emociono cada vez que recuerdo ese día. No es a lo mejor el más significativo, pero lo he pensado y me he emocionado mucho.
