La procesión transcurrió con normalidad y recogimiento
El sosiego y la devoción marcaron la tónica general en la Madrugada del Jueves al Viernes Santo. En la procesión de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Mayor Dolor y Traspaso también fue protagonista el intenso frío, que se convirtió en una cruz más que llevar a cuestas en la penitencia que los hermanos del Gran Poder estaban realizando.
Normalidad
El mal tiempo del jueves por la tarde hizo surgir la incertidumbre, pero finalmente, con la confirmación por parte del Instituto Nacional de Meteorología de que no llovería durante la Madrugada, los hermanos pudieron procesionar con tranquilidad. No se registraron retrasos significativos, y el recorrido transcurrió con la solemnidad que le corresponde.
Nuestro Padre Jesús del Gran Poder fue recibido con una saeta a la salida de la capilla, interpretada por uno de los hermanos desde el balcón de enfrente, pero no fue la única que se escuchó durante el recorrido. El cortejo continuó hasta realizar la primera parada, durante la presentación en la capilla de San Sebastián, donde la tristeza porque la Hermandad de la Vera-Cruz no pudiera procesionar la tarde del jueves fue compartida.
Le siguieron las presentaciones acostumbradas ante las hermandades de Oración en el Huerto, Rocío, y Borriquita, hasta llegar a la parroquia de Santa María Magdalena. Como ya es habitual desde hace algunos años, las presidencias de los pasos entraron en el templo para rezar las oraciones ante el Santísimo.
Novedades
El cortejo que acompañaba al paso del Cristo, con un friso de cardos, y a la Virgen, rodeada por rosas blancas tomó el camino de vuelta soportando el intenso frío de la madrugada. El comportamiento del mismo fue destacable, así como el del cuerpo de nazarenso, obedientes en todo momento a las indicaciones de los diputados de tramo y demostrando el saber estar en una procesión de tanta solemnidad.
Este año se han podido apreciar algunas novedades como la ubicación de la insignia en el Altar Mayor y el cambio en la distribución de los pasos en el interior de la capilla, dejando más espacio libre, para que los hermanos y los fieles pudieran contemplarlos por todos los lados, un cambio que han agradecido sobremanera. Durante todo el recorrido, el público mostró su respeto y admiración a los titulares de una de las hermandades que más devoción despierta entre los nazarenos.