la semana santa resurge cual Ave Fénix de sus propias cenizas cada jornada de Domingo de Ramos y la primavera, fiel protagonista del discurrir de los pasos por las calles de Dos Hermanas, la Nazaret del siglo XXI, se alía con la flora y el urbanismo, medio a veces tan incómodo para contemplar la Semana Santa, otras todo un regalo para los sentidos.
Flores, agua, luz del sol, vida, tradición hecha capirote y nazareno con cirio conforman una estampa que contempla impertérrita el tiempo. Ya puede avanzar el mundo hacia un futuro de tecnologías y frías relaciones, que cada Domingo de Ramos ahí sigue la fuente de Los Jardines, sus árboles, la gente y, cómo no, la cofradía.