Radio

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    Noticias como el pronto nacimiento
    de una radio con cuño nazareno,
    dan fuerza efervescente, dan aliento,

     

    dan savia renovada y dan de lleno
    en un silencio –casi en un letargo–
    partido por las ondas de un estreno.

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    La radio va a enfrentarse con un largo
    mosaico de proyecto, de esperanza,
    de sueños por cumplir, y de recargo,

    con no cierta inquietud, desconfianza,
    con cuidado, recelo y con temor,
    que impregnan de cautela la balanza.

    Ya sólo falta el humo del sabor,
    de ese gusto a calor y compañía
    que tiene por rescoldo el transmisor.

    Ya sólo ver tejer la celosía
    que la radio, celosa de su oyente,
    habrá de amamantar su día a día.

    Ya sólo dormitar la sugerente
    caricia de la radio en la mesilla
    posando nuestro sueño dulcemente.

    Ya sólo comprender que la cosquilla
    de una radio fundida a su ciudad,
    es parte de su arcilla y de su astilla,

    es rumbo, madurez, modernidad,
    cultura, progresión y el testamento
    que deja sin sargazo el sedimento
    surcado en la palabra libertad.

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