Sr. Alcalde, necesitamos clases para adultos en el centro

0
- Publicidad -

Todos tenemos derechos y obligaciones. Aquí en el casco antiguo estamos muchos mayores que también  tenemos vivos deseos de entender de obras de arte y así culturizarnos, ya que la mayoría no tuvimos esa preciosa oportunidad. Estoy segura de que a estos mayores les encantaría la idea de aprender a sus años y, sobre todo, salir de la monotonía diaria, concoer a gente nueva, intercambiar impresiones sobre gustos y costumbres de vida, alternar con personas que a lo mejor no te han caído bien y que tratándose en el día a día llegas a quererla. Queremos saber de la be y la uve, en fin, que necesitamos esas clases para adultos.
Señor Toscano, esto para usted y para mí, ahora que no nos escucha nadie, ¿Qué tiene usted con esta parte de nuestra ciudad? No creo que seamos gente rara, aquí por todo este centro somos como en todas las partes del mundo. Sentimos, queremos, necesitamos que nos quieran, que se preocupen, que vean cómo vivimos, cómo están nuestras casas y calles. Si tenemos todas las necesidades cubiertas, si en nuestras calles hay algo que nos molesta como una simple regilla que dá porrazos día y noche por el tráfico, y porqué no la dejaron bien puesta. O algo que queremos de toda la vida y estamos viendo cómo se destruye y nadie hace nada. Son muchísimas cosas que, como siempre, no acabaría de contar.

El otro día, ojeando la revista de este año ‘Feria y Fiestas 2006’, que no me gusta por lo grande que es y lo que pesa (cada cual tiene su opinión y sus gustos; por eso las empresas piden sugerencias para mejorar). Estoy segura de que le sobran algunas fotos que no tenían por qué estar en esta revista (tal vez en alguna otra) y así sería menos pesada y más manejable y amena.
Pero, mire usted por dónde, la grandísima sorpresa que a mis años me llevé: Documentos, Fotografías… Memoria de Dos Hermanas: Antonio Romero Serrano, maestro de escuela entre dos siglos (XIX-XX).

Don Antonio Romero Serrano, maestro de enseñanza elemental con la nota de sobresaliente, de 28 años de edad, era mi abuelo materno. Ese dignísimo, funcionario que gozba de gran prestigio en la escuela pública y que fue gran esposo de Doña Josefa Gómez Martín y dignísimo padre de Don Francisco Romero Gómez, fue también maestro aquí en Dos Hermanas y padre de Antonio, María, Dolores y Rosario, todos queridísimos por él.

- Publicidad -

Mientras ejerció el magisterio en La Palma del Condado (1880-1894) recibió la visita del inspector en nueve ocasiones, obteniendo parabienes por su excelente labor educativa al frente de una escuela con más de 200 alumnos matriculados y una asistencia que superaba los 150 alumnos. Un informe de inspección se refería a él como “un dignísimo funcionario que goza de grandes prestigios en la escuela pública”. ¡Olé por mi abuelo! (perdón). Accedió por permuta al que será su destino definitivo hasta su jubilación, Dos Hermanas. ¡Esto es cultura!

No sé si usted, Señor Toscano, ha tenido tiempo de leer la revista de este año. Pues a ver si nos concede la gracia que pedimos: una clase para adultos en alguno de esos hermosos salones que tenemos en Huerta Palacios para tantos acontecimientos. Y a ver si nuestro profe es como lo fue Don Antonio José Romero Serrano.

En otra ocasión le hablaré de mi bisabuelo por parte paterna el alcalde Gómez Rivas. Y como todos tenemos derechos y obligaciones, su obligación es poner esa clase para adultos, y la nuestra hacer nuestros deberes en esa clase de Huerta Palacios o donde usted quiera.
Un afectuoso saludo de esta ciudadana.

- Publicidad -

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí
Captcha verification failed!
La puntuación de usuario de captcha falló. ¡por favor contáctenos!