La sociedad, compuesta sólo por hombres, se centra en la cocina desde hace 14 años
Los que aún piensen que la cocina es cosa de mujeres es que o aún viven en la pre historia o no conocen a la Sociedad Gastronómica ‘El Gazpacho’, compuesta íntegramente por hombres. La idea de crear esta sociedad, surgida en el año 1992 en los Dúplex Torre Greco de la barrida La Motilla, proviene del norte, de uno de sus miembros, de origen vasco, que ha traído a Dos Hermanas una tradición de su tierra en la que los 'Txobos' o sociedades gastronómicas son muy comunes.
Sus integrantes, organizados en cuatro subgrupos con denominaciones muy culinarias, como ‘Los Besugos’, ‘Apio’, ‘Canela’ y ‘Pisto’, se consideran, según el presidente de 'El Besugo', Jesús González Jiménez, “amantes del buen comer, aunque no muy puestos en la cocina, sino simples aprendices que hemos ido formándonos con el paso del tiempo”.
Dos comidas anuales
El cometido de cada uno de los grupos integrantes es encargarse de la organización de dos comidas anuales en el periodo comprendido entre los meses de octubre y mayo. Para ello, el menú se elige en una asamblea coloquio en la que entre todos deben decidir un plato que será de obligado cumplimiento por todos los grupos. Este año el plato fijo es el cordero, aunque también han sido platos de obligado cumplimiento el arroz, los huevos o las judias. El resto queda en manos de cada grupo, cuyos componentes deben decidir lo que van a servir a sus compañeros e, incluso, soportar sus críticas.
Antiguamente, recuerda, Jesús, “se daban puntuaciones a los platos pero habíamos alcanzado un nivel de competitividad que decidimos suprimirlo y ahora no tiene el mismo atractivo”. El menú está compuesto por unos aperitivos, primer y segundo plato, café y copa. El presupuesto mínimo por cabeza para la elaboración de la comida es de 18 euros. Si algún grupo, por innovar, sobrepasa este presupuesto, debe hacerse cargo del sobrante.
Cocina imaginativa
Los cocineros del grupo ‘El Besugo’ aseguran que lo que ellos realizan “podría llamarse cocina imaginativa, ya que no tenemos ninguna especialidad a la hora de cocinar. Algunos trabajan más los platos y otros improvisan sobre la marcha”.
Durante estos 14 años de vida, la sociedad ha evolucionado y cambiado mucho, hasta el punto de que actualmente se han dejado de hacer algunas de las actividades que se impusieron en sus comienzos. En la actualidad la única finalidad del grupo es la organización de sus dos comidas anuales, con sus correspondientes charlas y partiditas después de la comida, así como otras comidas externas. Anteriormente, recuerda González, “se hacían incluso conferencias, ya que invitábamos a un especialista en cualquier tema, para que después de la comida, nos hablara del mismo”.
Por este motivo sus miembros quieren revitalizar la sociedad y darle un nuevo impulso, dedicándose más en cuerpo y alma. Para ello tienen en mente la puesta en marcha de algunos proyectos, como la entrada en contacto con otras asociaciones gastronómicas para intercambiar opiniones y experiencias, o la realización de más actividades para darle una mayor utilidad a su sede que, de entrada, como comentan los miembros de la sociedad, “necesitaría algunos trabajos de reforma”.
Como 14 años dan para mucho, los miembros de esta entidad tienen muchas anécdotas en su mente, pero quizás una de las más recordadas ha sido, según comentan, “el cambio de menú improvisado sobre la marcha porque se nos había quemado la comida completamente”.
Unos profesionales del buen comer y aprendices de cocina
En el último almuerzo organizado por el grupo de ‘Los Besugos’ sorprendieron al resto de componentes con un menú a base de entrantes de Paté de Atún, Patatas Revolconas, Morcilla de Coripe y Montadito Diabólico. Tras los aperitivos para ir abriendo boca, se dio paso al primer plato, Alcachofas con Jamón, y Lubina de segundo. Para ir remojando la comida nada mejor que un buen vino Denominación de Origen de Tarragona Reserva del 2000. La guinda a la comida la puso el postre fresco, el café y la copa.
Además de estos almuerzos, ‘El Gazpacho’ también regala cada año una chocolatada en Navidad y en el cierre de la temporada de piscina del edificio para los más pequeños. Además, también han contribuido con algún que otro guiso para el Club Social La Motilla.
